El representante del país ante la ONU, Yeb Sano, hará una huelga de hambre mientras dure la Conferencia Climática. El tifón Haiyan dejó 100.000 muertos.
«Hablo en nombre de mi delegación, pero también en el de innumerables personas que nunca podrán volver a hablar por sí mismas luego de haber perecido en la tormenta. También hablo en nombre de la gente que se está alzando contra el tiempo para rescatar a los sobrevivientes y aliviar el sufrimiento de los afectados», dijo Sano durante su emotiva alocución.
«Estoy luchando -continuó- para encontrar las palabras para las imágenes que vemos en las noticias. Lucho para hallar palabras para describir cómo me siento por las pérdidas».
«Debemos tomar medidas drásticas ahora. Podemos arreglar esto. Podemos parar esta locura. Ahora y aquí mismo», concluyó, interrumpido por las lágrimas y por los aplausos del resto de los concurrentes.
El discurso del comisionado filipino para el cambio climático pasará a la historia. Primero por la claridad de su pedido para que el mundo tome medidas contra el calentamiento global.
Segundo, porque como nunca antes no se trata de una advertencia sobre los riesgos futuros de no ejecutar políticas concretas, sino de hacer algo para que no vuelva a ocurrir la catástrofe natural que está padeciendo ahora su país.
Tercero, por su emotiva historia personal. Mientras Yeb Sano se encuentra en la conferencia que organiza la ONU en Polonia, su hermano está en Filipinas, donde perdió todo y hace cinco días que no come.
Por eso, en solidaridad, Sano anunció que realizará un ayuno durante las dos semanas que dure el evento, que comenzó el 11 de noviembre y concluirá el 22.
DC/ Infobae.com