Unas 100.000 personas hicieron fila el viernes con la esperanza de ver los restos de Nelson Mandela, que se mantenían por tercer y último día en capilla ardiente, pero casi una tercera parte de la multitud se vio obligada a retirarse sin ver al líder fallecido.
Muchos de los frustrados dolientes trataban de soportar el llanto de frustración en el tercer y último día de funerales para el reverenciado líder. Una escolta militar se llevó el ataúd de Mandela al Hospital Militar 1 en Pretoria. El icono contra el apartheid será trasladado el sábado en avión a su poblado natal en Qunu, en Cabo del Este, donde será sepultado el domingo.
Cientos de personas vitorearon y algunos comenzaron a cantar cuando el cortejo de Mandela se retiró el viernes por la tarde de la sede del gobierno de Pretoria.
«Fue increíble», dijo Keneilwe Mohapi, quien observaba junto con su madre cuando se retiraba la caravana, de tamaño impresionante. «Es un honor decirle adiós apropiadamente».
«Estoy en duelo pero también agradecido», dijo el hombre de 27 años. «El cambió mi vida».
Antes de que los militares se llevaran el féretro, la muchedumbre rompió una cerca policial a la vez que suplicaba a gritos para ver los restos del ex presidente. Algunos dolientes cayeron al suelo en medio de la estampida y hubo algunos heridos leves. El gobierno informó que unas 92.000 personas acudieron al lugar y que se tuvo que cerrar un estacionamiento cercano debido al tamaño de la multitud.
Los organizadores repartieron botellas de agua y dejaron pasar primero a las personas de mayor edad y a las mujeres con niños.
Algunos de los que lograron ver a Mandela en el anfiteatro del complejo de Edificios de la Unión, estallaron en sollozos de ver al venerado líder antiapartheid, en un féretro.
Elizabeth Leening dijo que se levantó a las 3 de la mañana. «Hicimos fila cuatro horas para ver a Madiba», dijo, usando el nombre del clan de Mandela.
Mandela, quien estuvo 27 años preso durante el régimen segregacionista y luego fue presidente, falleció el 5 de diciembre en su vivienda en Johannesburgo tras una larga enfermedad, a los 95 años de edad.
Uno de los líderes de la igualdad de derechos para los negros en Estados Unidos, el reverendo Jesse Jackson, también desfiló ante el ataúd de Mandela y se le vio tratando de consolar a una mujer que estaba abrumada por la emoción.
La presidencia sudafricana informó que el presidente Jacob Zuma autorizó el despliegue de 11.900 efectivos militares para ayudar a la policía a mantener el orden.
DC/Panorama