El almacenamiento de texto a medida que se escribe no es raro. Por ejemplo, los correos se guardan automáticamente a medida que se tipean en Gmail. Incluso si cierras el navegador sin guardar, por lo general, puedes encontrar una copia (casi) completa del mensaje que estabas escribiendo.
Esencialmente, Facebook está utilizando la misma tecnología, pero la diferencia es que Google está guardando tus mensajes para ayudarte.
En cambio, la red social está analizando los pensamientos que intencionalmente hemos optado por no compartir.
De todos modos, ¿por qué le importa esto a Facebook?
Das y Kramer argumentan que la autocensura puede ser mala porque oculta información valiosa. Si alguien decide no publicar, según ellos, «Facebook pierde valor por la falta de generación de contenido».
La investigación, apuntan, revela cómo el sitio vigila nuestros pensamientos no compartidos y quiere saber por qué finalmente no publicamos ese mensaje de estado que comenzamos a escribir.
DC/Infobae.com