La inflación en alimentos y bebidas no alcohólicas fue de 79,3% en un año, al comparar el índice de noviembre de 2012 con el de noviembre de 2013, de acuerdo con los cálculos hechos con los datos proporcionados por el Banco Central de Venezuela. Solo en noviembre los precios de esos rubros subieron 7,5%, pese a estar regulados.
Al cierre de esta edición el BCV no había publicado los detalles de la inflación por agrupaciones de diciembre, mes del que difundió la inflación general de 2,2%.
Oficialmente, en noviembre no se autorizaron alzas en los precios de los productos sometidos a control, sin embargo, en los recorridos por supermercados y abastos se evidencio que los consumidores pagaron más por la carne de res que en los abastos y carnicerías donde se llegó a vender en un mínimo de 90 bolívares y hasta 175 bolívares el kilo los cortes que deberían haber costado 27,29 bolívares por Gaceta Oficial.
Igual sucedió con el pollo, regulado en 18,73 bolívares el kilo, pero su precio de venta fue entre 35 y hasta 55 bolívares el kilo en Caracas; en ciudades como Maracaibo, donde casi no se consigue, se vende en 70 y 80 bolívares el kilo.
Se registraron alzas en alimentos no regulados, como la leche descremada de larga duración, que pasó de 12 bolívares el litro a más de 22 y 24 bolívares en 11 meses; también los cereales para el desayuno en más de 50, y hasta 70 bolívares las galletas; los jamones, en más de 200 bolívares el kilogramo; el aceite de soya, que pasó de 18 bolívares a 35 y 40 bolívares; hortalizas como las cebollas, que a inicios de 2013 estaban en 20 bolívares y terminaron 2013 en 110 bolívares el kilo.
El Banco Central de Venezuela asegura en su informe del Índice de Precios al Consumidor que difundió el lunes 30 de diciembre de 2013, que con la aplicación de la Ley de Costos, Ganancias y Precios Justos el instituto emisor contribuirá a perfeccionar la observación de los diferenciales de precios a lo largo de las cadenas de producción y distribución, el estudio de los precios a la producción y las estructuras de costos. “El propósito es mejorar los mecanismos de detección de fenómenos especulativos para combatirlos cada vez con mayor eficacia”.
El Nacional