El incendio, que comenzó el jueves, se extendió unas 4.000 hectáreas el domingo y durante la noche, dijo el funcionario del Servicio Forestal de Estados Unidos Ronald Ashdale.
Para el lunes se había contenido un 40 por ciento del incendio, señaló, y destacó que un cambio en su dirección significó que menos casas se vieran amenazadas: unas 400 desde cerca de 1.000.
No obstante, hasta el lunes por la mañana ninguno de los 2.000 residentes evacuados había sido autorizado a regresar a sus hogares, dijo Ashdale.
A pesar de un clima más frío y lluvioso durante la noche, los bomberos creen que contener el fuego les llevará más tiempo de lo que habían anticipado, dijo Ashdale.
La contención total, que inicialmente se había pronosticado para el miércoles, no se espera ahora hasta el lunes 10 de junio, indicó.
El fuego comenzó cerca de una planta de energía propiedad del Departamento de Agua y Energía de Los Angeles en la comunidad de Lake Hughes, alrededor de 105 kilómetros al norte de Los Angeles. Hasta el domingo, había destruido seis casas y obligado a 2.000 personas a abandonar sus hogares.
Ashdale dijo que 2.185 bomberos estaban combatiendo el incendio.
El Servicio Forestal de Estados Unidos está utilizando helicópteros que vuelan de noche para ayudar a combatir el incendio por primera vez en décadas, si bien es una práctica de larga data entre los bomberos en la región, dijo Ashdale.
DC/Panorama