Cuba inició hoy, por primera vez en más de medio siglo, la venta de vehículos nuevos y usados en entidades comercializadoras, como parte del plan de reformas económicas que impulsa el presidente Raúl Castro para «actualizar» el modelo socialista de la isla.
A partir de este viernes, los cubanos y extranjeros residentes en la isla «pueden adquirir en las entidades comercializadoras ciclomotores de combustión interna, motocicletas, autos, autos rurales, paneles, camionetas y microbuses», de acuerdo con un decreto publicado en la Gaceta Oficial Extraordinaria No. 46.
Según el Decreto No. 320 del Consejo de Ministros, se eliminan «restricciones y autorizaciones administrativas» y se posibilita «la adquisición de vehículos de motor y sus partes fundamentales en entidades comercializadoras, a precios minoristas semejantes a los que reconoce el mercado entre personas naturales».
La normativa regula los principios y procedimientos para la transmisión de la propiedad de autos por compraventa o donación, entre personas naturales cubanas con domicilio en el territorio nacional y extranjeras residentes permanentes, temporales y de inmobiliarias.
Fija, además, las normas generales para la importación y transmisión de la propiedad de vehículos importados, y dispone los principios y procedimientos sobre la venta y transmisión de carrocerías y motores.
El decreto señala que las personas que actualmente tenían «carta de autorización» para comprar un auto, tendrán prioridad para adquirirlo.
La nueva legislación también indica que «los ingresos adicionales, incluidos los impuestos, que se obtengan por la venta liberada de vehículos, serán destinados a un fondo» para el financiamiento del «desarrollo del transporte público», cuya disminución y deterioro es una queja constante de la población.
El gobierno cubano anunció el pasado día 19 que liberaría la venta de vehículos al decidir eliminar el sistema de cartas y aprobaciones oficiales a cubanos que se les permitía comprar autos vendidos por el Estado.
Hasta ahora, los ciudadanos cubanos podían vender y comprar entre sí sus vehículos a precios fijados por el Estado, según un decreto de 2010, pero no tenían acceso a los nuevos vendidos por el Estado a personas seleccionadas.
En octubre de 2011, luego de 50 años de prohibición, el gobierno autorizó la compra-venta de vehículos entre cubanos que viven en la isla y extranjeros residentes permanentes o temporales.
A partir de entonces, miles de profesionales que tuvieron la posibilidad de comprar autos soviéticos otorgados por su trabajo antes de 1990 pudieron venderlos a cualquier coterráneo o extranjero residente en la ínsula.
Esta medida incluyó los autos modernos que durante los últimos años han podido importar o comprar de segunda mano artistas y deportistas, así como médicos que han prestado servicios oficiales en otros países, como Venezuela.
La aprobación de la compra-venta de automóviles era una de las medidas más esperadas por la población en torno a las más de 300 reformas que impulsa Raúl Castro, aprobadas en el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, en abril último.
El mandatario anunció entonces que se preparaban leyes para autorizar la compra y venta de automóviles, entre otras legislaciones.
Hasta este momento, los cubanos solo podían comprar y vender los modelos de antes del triunfo de la revolución de 1959, casi todos de fabricación estadounidense.
«La decisión es buena porque permite que todo el que tenga posibilidades de comprarse un carro, lo pueda hacer de manera legal, sin temor a nada», dijo Addiel Díaz, de 36 años y trabajador por cuenta propia.
Otra persona que se mostró contenta por la medida fue Caridad Huerta, profesora universitaria, quien subrayó que se trata de «un beneficio para todos».
En la actualidad hay decenas de miles de pequeñas empresas privadas en Cuba, así como decenas de cooperativas de producción y servicios, las cuales deberían beneficiarse de la nueva normativa.
Adelantó que levantaría las «prohibiciones obsoletas justificadas en el pasado pero que en los últimos años generaron numerosas ilegalidades».
Entre las prohibiciones eliminadas de mayor trascendencia en la población están la compra-venta de viviendas entre particulares y los viajes turísticos al exterior.
El presidente cubano aseveró que esas prohibiciones hacían «más daño que beneficio» y estaban «superadas por la vida».
Raúl Castro ha dejado claro que los cambios en Cuba no se sucederán de manera rápida para evitar cualquier «apresuramiento o improvisación», y que las medidas serán «paulatinas, sin improvisar, dentro del socialismo y sin traicionar la Revolución».
DC/Xinhua