La mayoría de los teléfonos creados para aguantar el castigo suelen estar reforzados por incómodos protectores de silicona y su funcionalidad pasa a un segundo plano.
Por el contrario, el B15 es relativamente delgado y liviano. Posee un sistema operativo Android 4.1, una pantalla táctil de 4,1 pulgadas y una cámara de 5 megapíxeles que graba en alta definición.
No está pensado para competir directamente con las especificaciones de un iPhone 5 o de un Samsung Galaxy S4, pero es un teléfono muy decente.
Puede resistir hasta un metro bajo el agua durante 30 minutos y, a diferencia de la mayoría de los smartphones, la pantalla funciona perfectamente cuando está mojado. Además, su capa de aluminio y protector de goma lo resguardan de caídas de hasta de dos metros.
El mercado de los teléfonos resistentes y duraderos no es gigante. Sólo se vendieron 21 millones de dispositivos el año pasado, precisó Caterpillar, que pretende adueñarse de este nicho y liderar el segmento para el año 2015.