Cuando Lesley Hailwood se disponía a celebrar tranquilamente el Año Nuevo, no podía imaginar que Nell, el pastor alemán acogido por ella en noviembre para su entrenamiento como perro guía, iba a salvarle la vida.
Según el portal ‘L’Life With Dogs’, Hailwood, de 61 años, estaba sola en su casa, cuando se atragantó con un pedazo de chocolate y empezó a sofocarse. Al ver que no podía respirar, pensó en lo peor y fue presa del pánico, momento en que Nell, que hasta ese momento dormía en el suelo, demostró que su entrenamiento no había pasado en vano.
«Obviamente Nell me oyó, corrió hacia mí, saltó en el sofá -aunque no suele saltar sobre los muebles- me vio y se precipitó sobre mi pecho, desbloqueando la traquea», relata Lesley.
«Cuanto más cuento esa historia más me pregunto cómo sabía lo que tenía que hacer», comenta Hailwood. «Fue algo instantáneo, no tenía pánico ni nada. Lo hizo inmediatamente», recuerda.
Sin embargo, cuando termine su período de entrenamiento, Hailwood tendrá que despedirse de su salvador. «Me gustaría quedarme con el perro, pero es imposible, porque Nell tiene que hacer el importante trabajo para que ha sido entrenado», se lamenta, añadiendo que nunca olvidará de lo que Nell hizo para ella. «Siempre va a ser un animal especial para mí», subraya.
DC/ RT Actualidad