Las protestas contra la nueva ley que prohíbe la celebración de concentraciones en Kiev, capital ucraniana, se convirtieron, este domingo, en batallas feroces entre fuerzas del orden y manifestantes, quienes lanzaron piedras y bombas incendiarias para quemar vehículos oficiales y, en medio de ello, terminaron prendiendo en llamas a varios policías.
Los enfrentamientos provocaron más de 200 heridos en total, de los cuales 42 civiles y 61 agentes fueron hospitalizados, según las autoridades ucranianas.
Por su parte, el Ministerio del Interior ucraniano comunicó que más de 100 agentes solicitaron asistencia médica y “61 policías quedaron hospitalizados”. La mayoría presentan lesiones cerebrales, fracturas e intoxicaciones.
El Interior señaló igualmente a la agencia de noticias ucraniana UNN que los policías detuvieron a más de 20 manifestantes, nueve de ellos serán procesados por participar en disturbios.
El presidente de Ucrania, Víctor Yanukóvich, ordenó al secretario del Consejo para la Seguridad Nacional y la Defensa, Andréi Kliuev, crear un grupo de trabajo y organizar un encuentro con representantes de la oposición para normalizar la crisis política en el país.
A la vez, EEUU acusó las autoridades ucranianas de escalar la situación y exigió retirar el centro de la ciudad de las fuerzas especiales y establecer un diálogo con la oposición amenazando con sanciones en caso contrario.
Los enfrentamientos en el centro de Kiev comenzaron de nuevo el domingo pasado después de la llamada VIII Asamblea Popular, organizada por los proeuropeos, que se pronunció en contra de la política de las autoridades del país. Una parte de los manifestantes intentó traspasar el cordón policial para irrumpir en la sede del Gobierno.
Las manifestaciones multitudinarias empezaron en Ucrania el 21 de noviembre después de que se anunciara la suspensión de la integración europea.
DC/@DiarioContraste/El Mundo
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