Por orden del presidente Mauricio Macri, el secretario de Legal y Técnica, Pablo Clusellas, comenzó a desarticular el mayor clan de la Casa Rosada: son 30 familiares y amigos del emblemático ex secretario Técnico, Carlos Liuzzi, mano derecha del ex titular del área, Carlos Zannini, de los cuales 11 ya fueron despedidos.
Es un organismo clave en el Gobierno porque elabora los decretos y proyectos de ley del Poder Ejecutivo.
Según pudo saber LA NACION, el primer desplazado fue Carlo Marco Liuzzi. «Charly» Liuzzi, hijo del controvertido subsecretario, que actuaba como director de Enlace Internacional del Registros de Dominios de Internet (NIC.ar).
«Me echan por portación de apellido», reaccionó Charly, dolido, al conocer la noticia.
La deducción no es tan brillante: toda la familia enquistada allí ganaba un promedio de $50.000 y, en su caso, Charly gozaba de beneficios adicionales, como permanentes viajes a todo el mundo.
Como los demás miembros del clan, fue nombrado en la planta permanente de la Secretaría de Legal y Técnica sin cumplir el requisito de ganar un concurso como establece la Ley Nacional del Empleo Público, la N° 25.164.
En la misma situación revistan, aún hoy, la mayoría de los 30 familiares y amigos de su padre, los que fueron alejados y los que aún siguen con cargos a pesar de la llegada de la nueva administración.
Liuzzi, que administraba los recursos de la secretaría conducida por Zannini, fue denunciado por frenar un allanamiento dispuesto por el juez Norberto Oyarbide a la financiera Propyme. Además, está investigado por supuestos vínculos con una consultora informática proveedora de su área, Adconsa, de su amigo Gustavo Benvenuto, y está imputado por el delito de presunto enriquecimiento ilícito durante la función pública: su patrimonio pasó de $265.000 en 2003, cuando llegó a la Casa Rosada, a $7.482.000 al cierre del año 2014.
Según fuentes de la Secretaría, tras abandonar el cargo, Liuzzi también reclamó el pago de vacaciones por 12 años que según dijo no se había podido tomar.
Pero Clusellas no está dispuesto a reconocerle nada porque hay constancias de sus continuos viajes al exterior, según describieron en Balcarce 50.
Además, la actual administración podría rescindir el contrato a Adconsa sobre la que pesan fuertes sospechas de sobreprecios por servicios informáticos.
La Secretaría tiene ahora 515 empleados y sólo tenía 294 en 2008: 53 de ellos contratados por Adconsa. Además, tenía dos mesas de entradas para los proyectos, con 47 personas, cuando con una mesa es suficiente.
Operatoria
Previsor, Liuzzi transfirió a su esposa, Thaiss del Corazón de Jesús Hidalgo, a la Procuración del Tesoro con categoría A4, de las más altas: es así como todavía permanece en el Estado. En 2015, ella estuvo cuatro meses sin ir a trabajar.
La gestión Macri desplazó a Gabriel Brenta, otro director de NIC.ar, que era íntimo amigo de Liuzzi y su «operador» informático.
Solían cambiar en forma periódica los programas de la Secretaría y cobraban por el trabajo.
También fueron alejados otros amigos de Liuzzi: Viviana Isola, directora del área de Jurídicos, y Roberto Micheli, subdirector de Informática. Entre los parientes están María de la Paz Daroqui, sobrina de Liuzzi, Juan José Benzoni, hermano del ex marido de la hermana de Liuzzi, Alejandra y Lidia Vateroni, hijas de la madrina de Liuzzi.
Ciertos amigos de Charly Liuzzi tampoco pudieron hacer carrera: Marcelo Martínez Virgilio, director de NIC.ar; Miguel Ignacio Estrada, director de la Unidad de Comunicaciones de NIC.ar, y Ariel Bruno, director en Sistemas. Todos fueron desplazados por la nueva gestión a cargo de Clusellas.
Otros «Liuzzi-boys», como les dicen en el Gobierno, aguantan a pie firme, aunque la mayoría está en la cuerda floja. María Luján Liuzzi, hermana del subsecretario y liquidadora de pagos en el Boletin Oficial, pidió licencia psiquiátrica para no ser echada.
Mantiene a su esposo, Carlos Leidi, como jefe de Unidad de Revisión y trabaja junto a Nicolás Alegría, ahijado de Liuzzi.
También permanecen Luciano Minuchin, director de Sistemas Informáticos, y amigo de Liuzzi; Javier Fernández De Mayo, sobrino de Liuzzi; José Luis Benzoni, ex marido de la hermana de Liuzzi; su hijo Nahuel Benzoni; María Emilia Elguero, ex novia de Charly Liuzzi; y su hermana María Mercedes Elguero. Donde hubo amor, cenizas quedan.
Además, siguen otros amigos en el área, aunque con funciones acotadas, Miguel Tejada, Paz Miguel, Sofía Palozo, y María Fernanda López, amiga de la ex esposa de Liuzzi y tesorera de Legal y Técnica, cuyos antecedentes no la acreditan para el cargo.
Resisten asimismo en sus puestos Victoria Navarro Ocampo, ex secretaria privada de Liuzzi; Gonzálo García Villanueva, amigo de «Charly», y Alberto Sette, amigo de Jorge Feijoo, que era el único de planta, con carrera previa al kirchnerismo.
Feijoo fue director del Boletín Oficial y estrechó filas con Liuzzi y Zannini, por lo cual relegó a varios de sus ex compañeros, y ahora fue despojado del cargo y confinado a una oficina de la calle Suipacha al 200. Allí están varios de los desplazados por el kirchnerismo que Clusellas quiere rescatar y que miran de reojo al ahora caído en desgracia.
DC|La Nación